febrero 22, 2009
FINISTERRE
febrero 08, 2009
mayo 27, 2008
PELEAS
No sé porqué razón, siempre que me enfado con alguien nunca lo exteriorizo, no grito, no peleo ni discuto.
El enfado se queda conmigo, dentro de mí, por lo que estoy durante bastante tiempo discutiendo en mi cabeza con la persona objeto del cabreo . Le hablo, razono con ella, gritamos, nos peleamos , nos decimos cosas que seguramente luego lamentaremos…etc.
Así que mientras friego los platos o limpio o hago cualquier otra cosa que me ayude a quemar ese cúmulo de energía que me corroe, en mi cabeza está sucediendo la discusión que me gustaría haber tenido, con sus reproches, gritos, contestaciones, argumentos y demás.
Lo que realmente me molesta, es mi incapacidad para plantarme delante de la persona y discutir. Tener una sana, bonita, y explosiva discusión que sirva para poner en claro cuales son mis sentimientos y lo que me gusta o lo que no.
No sé porque siempre intento no discutir, no enemistarme o acabar con el buen ambiente en casa para no andar de morros durante días.
Quizás esta incapacidad se deba a un trauma infantil que me hace evitar los conflictos y ante situaciones demasiado estresantes para mí me hace ser destructiva y acabar por lo sano con cualquier situación que me perturbe demasiado.
Quizás sea por eso que soy muy dada a terminar radicalmente con las cosas o las situaciones cuando me molestan demasiado. Realmente esto de enmendar o dar oportunidades no está en mi naturaleza.
Porque lo que me gustaría realmente es discutir, pelearme como una gata y acabar totalmente desahogada y con las cosas bien claritas y todos los punto sobre las ies para poder descansar felizmente sabiendo que cada uno se conoce mejor.
Etiquetas: CABREOS
mayo 24, 2008
GATOS
Haciendo a un lado las excepciones, podemos decir que las mujeres se inclinan más hacia los gatos, y los hombres hacia los perros, y que incluso la mayoría de ellos detestan a los gatos con gran intensidad.
Si preguntas por qué odian a los gatos, automáticamente responden que son animales infieles, egoístas, desobedientes, y que las hembras cuando están en celo maúllan enloquecidas y se frotan lascivamente contra la pared.
A diferencia de los perros, los gatos no se someten a la voluntad de su amo. Ante un golpe, el perro se agacha o baja las orejas. El gato, en cambio, araña y muerde.
El gato tiene un carácter independiente, mientras que el perro siempre está pendiente del amo.
Supongo que el origen de esto es una idea machista marcada a fuego en su subconsciente, el gato no se somete a la voluntad del amo y las hembras reclamar sexo a voz en grito. Al gato no lo dominas si quieres convivir con él tiene que ser bajo un régimen de tolerancia.
Todo ello a algunos hombres educados en que son el centro del universo, en donde ello ordenan y mandan y que todos sus deseos deben ser acatados debe resultar por lo menos incómodo que un animalito pase de ello.
Etiquetas: curiosidades
mayo 20, 2008
Ya está por fin es primavera en mi ciudad.
Hoy es el segundo día de sol de todo el mes. Estoy contenta de poder ver el sol después de tanto tiempo y con la alegría de poder disfrutar los fines de semana al aire libre ayer se me ocurrió probarme la ropa del verano pasado y....... no me sirve!. Todo lo que tengo me queda pequeño.
Parece ser que durante todo un año mi barriga ha ido aumentando de tamaño y no me he dado cuenta hasta ahora, pensaba que realmente era la ropa la que encogía, pero no , la realidad es que estoy gorda y tendré que comprarme de nuevo toda la ropa de verano, pues los pantalones ni me cierran.
La realidad es la realidad, o sea una pesadilla, mi ilusión de lucir bikini este año se ha desmoronado y este será otro verano más de dieta y pareos en la playa para intentar no lucir mis recién adquiridos y rollizos michelines.
¡Qué se le va a hacer! Paciencia y Dieta……. Otra vez.
septiembre 24, 2007
septiembre 20, 2007
TREINTAÑEROS
Ya tengo 33 años desde Julio, y es verdad, la vida es distinta.
Esta mañana leí un post de un blog argentino " Naderias" (http://naderias.blogspot.com) y contaba como entraban en la treintena sus amigas y como las veía tristes, solteras y trabajando un montón, con el lema del grupo "No hay hombres" (y los que hay no sirven para nada)."
Que en realidad no eran felices a pesar de tenerlo casi todo aunque la mayoría no habían encontrado una pareja y decían tampoco querían hombres.
Al final decía: "Yo no estoy sóla, tengo compañero pero tampoco soy feliz, ¿Serán los treinta?."
Eso me ha hecho reflexionar que casi toda la gente que conozco con treinta y tantos y más, pues realmente no es feliz.
Claro que esto puede ser a que en esta época realmente dejamos de ser jovencitos y te vienen todas las resposabilidades juntas y todo el peso de tu ser.
Porque ya no eres tan alocado, ya no piensas que puedes encontrar cosas mucho mejores y vivir despreocupándote del mundo, de las facturas, y de Sobrevivir.
Ya no es así , la mayoría tenemos que pagar un piso, comida, facturas, trabajar de 9 a 10 horas al día, estar monísima, y además en esta edad si no tienes hijos te hechas encima los problemas de tenerlos y mantenerlos.
La verdad es que quedan pocas alegrías. En general la gente no vive en un estado permanente de felicidad, la gente sufre por conseguir cosas, objetivos y luego a veces tienes momentos de felicidad, momentos en los que de repente miras alrededor y piensas que te gusta tu vida, o que quieres a tu novio o marido, o que tus hijos son lo mejor del mundo y te quedas tan agustito, reconciliada con la galaxia y encantada de estar en tu pellejo.
Son esos momentos en los que se te pone la sonrisa tonta en la boca o tienes musiquilla alegre en la cabeza, pero esos momentos son los menos y por eso son tan valiosos.
También es en esta edad en donde los sueños adolescentes de ser el jefe de la oficina y mandar a los demás o ser la más rica del vecindario, pues si ya no se hicieron realidad, te das cuenta neniña, de que no lo vas a conseguir.
Que no vas a llegar a nada especial y hay que conformarse con ser un currillo más y del montón.
Y eso duele, porque tus expectativas reales e imaginarias se van abajo y te queda la cruda realidad.
Que ni el trabajo, ni las amigas, ni tu hombre son perfectos ni como habías soñado, ni como las series de la tele, son normales, con defectos y virtudes y sobre todo monótonos pero con momentos excepcionales.
Etiquetas: Pensamientos